jueves, 13 de noviembre de 2003

Blood, Sweat and Tears (about Javier Velasco' art)



“The limit of any pain is an even greater pain” E. M. Cioran
Ovid says that in an amorous conquest “tears are also useful: with tears you will move a diamond; try to have her see your moistened cheeks”, he goes on to advise “be careful not to harm her delicate lips with your violent kisses, so she can’t complain that they have been brutal”. All stories tell of love and death, compassion and violence, sex and pain.
In his work, Javier Velasco strips human emotions, crystallising them into glass, latex and photographic forms. In this way he transports and purifies us at the entrance to his exhibition with a rainfall of tears, leading us into his microcosms. A space full of crystalline suffering, embroidered martyrs, of blood that flows, weaving ramifications snatched form his psyche and offering us an exit in a moulting of artificial skin (programming a life change).
Alice passes through the looking glass to encounter oblivion and the representation of senselessness. Javier Velasco reproduces the contradictions of emotion through glass mutations, as if all the problems and challenges of existence faced by a sensitive being were resolved by transparencies, in a palimpsest of multiple presences and points of view. Glass which organically flows as much as it insulates and protects, or traces its shard paths from one point of tension to another, a broken pact which the devil exploits, demanding our souls before time.
Blood solidifies into organic threads, of glass and chrome mercury, appears before us like the trophy room of a ghostly sot, rebuilding our dreams through lifeblood itself, allowing one to identify the pain of the other. But beyond the medium, he manages to reintegrate the sensibility of the body into the mass of flesh, inviting us to externalise its joys. Behind the suffering we are offered redemption through change, a second skin that we grow, then shed, and store like a shroud of our previous lives.
But the work of Javier Velasco avoids a mystical reading, even though his images sometimes resemble sacred offerings – passions which lance the body, tears which wound, glass thorns, branches of blood, translucent hearts, skin stripped from the body, amnesic writings – paradoxes which penetrate and spread around the sensitive spirit of those who watch, absorbing like sponges, their hairs bristling. Through our own observation and journey Javier Velasco leads us into a rite of passage from which we emerge, with a new skin, a new way of thinking, a purified sensibility.
“Will I be pure enough one day to be reflected in the tears of the saints?” E. M. Cioran
Carlos Trigueros
[From exhibition Javier Velasco "Precaria Propiedad". Sala de exposiciones Abrantes, Universidad de Salamanca - 11 april to 28 may 2003]

miércoles, 12 de noviembre de 2003

De lágrimas (sudor y sangre)



«El límite de cada dolor es un dolor aún mayor.» (E. M. Cioran)
Dice Ovidio que en una conquista amorosa «también son útiles las lágrimas: con lágrimas conmoverás al diamante; procura, si puedes que ella te vea las mejillas húmedas», aconsejando a continuación «cuidado de no hacerle daño en sus delicados labios cuando le arranques violentamente los besos, y no pueda quejarse de que hayan sido brutales». De amor y muerte son todas las historias, compasión y violencia, sexo y dolor.

Javier Velasco, a través de su obra, desnuda las emociones humanas solidificándolas en diferentes soportes cristal, látex, fotografía. De este modo nos traslada y purifica la entrada en su exposición con una lluvia de lágrimas para situarnos en su microcosmos. Un espacio de sufrimientos cristalinos, de martirios bordados, de sangre que fluye tejiendo ramificaciones arrebatadas de la psique y ofreciéndonos la salida en una muda de piel artificial (programe un cambio de vida).

Alicia traspasa el espejo encontrándose con el olvido y la representación del no sentido. Javier Velasco reproduce las contradicciones del sentimiento en las mutaciones del cristal, como si todos los problemas y pruebas sobre la existencia del ser sensible fueran resueltos por transparencias, en un palimpsexto de múltiples presencias y puntos de vista. Cristal que tanto fluye orgánicamente como aísla y protege, o trazan sus virutas caminos entre tensiones. Un pacto roto en el que el diablo aprovecha para pedir nuestra alma antes de tiempo.

La sangre solidificada en tramas orgánicas, tanto de cristal como en mercurio cromo, aparece ante nosotros como el salón de trofeos de un espectro libador que reconstruye nuestros sueños a través del propio flujo vital, permitiendo identificar el dolor del otro. Pero que más allá del soporte consigue reintegrar la sensibilidad al cuerpo a la masa de carne, invitándonos a somatizar sus alegorías. Tras el sufrimiento se nos ofrece una redención a través de la muda, una segunda piel que nos construimos, abandonamos y almacenamos como sudario de nuestras vidas precedentes.

Pero el trabajo de Javier Velasco evita una lectura mística, aunque coincidan en ocasiones sus imágenes con las votivas —pasiones que lanceran el cuerpo, lágrimas que hieren, espinas de cristal, ramas de sangre, corazones traslúcidos, despojos de piel, escritos de amnésicos—, paradojas que penetran y se expanden sobre el espíritu sensible del que mira y succiona, erizandole el vello. A través de nuestra propia mirada y recorrido Javier Velasco nos abre un rito de paso del que emergemos con una nueva piel, un nuevo pensamiento, una sensibilidad purificada.
«¿Seré un día lo suficientemente puro para reflejarme en las lágrimas de los santos?» (E. M. Cioran)
Carlos Trigueros
[Texto presentación de la exposición de Javier Velasco "Precaria Propiedad". Sala de exposiciones Abrantes, Universidad de Salamanca del 11 de abril al 28 de mayo de 2003]

GENEALOGÍA DE LA LÁGRIMA
(Según el diccionario Julian Casares)

Lágrima. F. Cada una de las gotas que vierten los ojos por causas morales o físicas. Ú. M. En pl.
|| fig. Gota de humor que destilan las vides y algúnos árboles después de la poda.
|| fig. Porción muy corta de cualquier bebida.
|| Arq. Ornamento en forma de cono truncado propio de los triglifos del orden dórico.
|| pl. fig. Pesadumbres, adversidades.
|| Lágrima de Batavia o de Holanda. Gota de vidrio fundido que en cuanto se le rompe la punta, se reduce a polvo fino con una ligera detonación.
|| Lágrimas de cocodrilo. fig. Las que vierte una persona fingiendo un dolor que no siente.
|| de David o de Job. Planta gramínea, de caña elevada, de cuyas simientes se hacen rosarios y collares.
|| de Moisés, o de San Pedro. fig. fam. Piedras o guijarros con que se apedré a uno.
|| Correr las lágrimas. Fr. Caer por las mejillas de la persona que llora.
|| Lo que no va en lágrimas, va en suspiros. Expr. Fig. y fam. Con que se da a entender que unas cosas se compensan con otras.
|| Llorar uno a lágrima viva. Llorar abundantemente.
|| Llorar uno con lágrimas de sangre una cosa. Fr. Fig. Arrepentirse de ella angustiosamente.
|| Llorar uno lágrimas de sangre. Fr. Fig. Sentir pena muy viva y cruel.
|| Saltarle, o saltársele, a uno las lágrimas. Fr. Enternecerse, echar a llorar de improviso.
Lagrimable. Adj. Digno de ser llorado.
Lagrimacer. Intr. Lagrimar. Intr. Llorar
Lagrimear. Secretar con frecuencia lágrimas sea con llanto o sin él.
Lagrimoso, sa. Adj. Aplícase a los ojos húmedos por exceso de humor o llanto. || Dícese de la pèrsona o animal que tiene los ojos en ese estado. || Lacrimoso (triste, que mueve a llanto). || Que destila lágrimas de savia o resina.
Humor. Cualquiera de los líquidos del cuerpo del animal. || Humor ácueo. Zool. Líquido que el globo del ojo se halla delante del cristalino. || Humor pecante. El que según los antiguos, predominaba en cada enfermedad. || Humor vítreo. Zool. Masa gelatinosa que en el globo del ojo se encuentra detrás del cristalino. || Resbalarse los humores. Fr. Recogerse o detenerse en una parte del cuerpo.