viernes, 26 de agosto de 2011

Visita a la filmoteca nacional: Thai Film Foundation y al museo del cine: Thai Film Museum

Día ajetreado. A las 11 habíamos quedado Antoni y yo con David para visitar la Filmoteca Nacional de Thailandia por invitación de la directora del festival. Como después de desayunar teníamos algo de tiempo le hice un vídeo a la piscina del hotel (donde aún no me he bañado, ya que cuando lo iba a hacer hoy comenzó a llover), que está al lado de la "Large Table" del restaurante de la planta 25.


La Filmoteca está en otra provincia, por lo que Antoni, David y yo nos hicimos un viajecito en taxi de cuarenta minutos (a la vuelta, gracias a los atasco se convirtieron en casi dos horas). Nada más llegar nos presentaron al director de la Filmoteca y fuimos a comer con la directora del festival.  En la conversación me entere que también organiza el Internacional Home Movie Day.
Mr. Kittisak Suwanpokin, director de la filmoteca nacional: Thai Film Foundation: http://fapot.org/

Tras la comida nos hicieron una visita guiada por el museo del cine en Thailandia anexo a la filmoteca, Thai Film Museum. Aqui van algunas fotos:
 

Cartel y guitarras de alguna peli ¿?

Los premios de la Academia de Cine Thailandesa


La oficina de censura



 Decorado de un bar en un hotel.
 Atrezzo.

 Pruebas de maquillaje.
 Cámara con empuñadura James Bond.
 Oficina de subtitulado.
Programación de sala.

No nos acordamos de hacernos una foto con nuestra anfitriona y directora del festival, Mrs. Chalida Uabumrungjit, así que cuando llegamos al hotel David nos la hizo. Momentos después se fue Antoni para Zurich ya que tenía más compromisos.

A las seis de vuelta al festival en el BACC. Habitualmente se tarda un cuarto de hora a través del SkyTrain, un metro que va por encima de la tierra en una estructura de hormigón. El caso es que en la estación donde lo cojo, Asok, no se que pasaba (y aún tampoco lo se) que permitían acceder a los andenes, así que tuve que esperar. Una hora después llegué al festival pensando que estaba finalizando la sesión. Mi sorpresa es que aún no habían comenzado, el archivo del programa tres pesaba mucho y el PC que tenían no tiraba con él. En ese momento acababan de cambiar de ordenador y comenzó la proyección sin más contratiempos. 

Sin compañero de peripecias me volví al hotel y al lado de este hay un japonés donde cené como único cliente, pero la comida (típica: makisushi, tempura y ensalada) estaba super buena. De beber una Heineken, cuando traen la botella era de medio litro, en fín, me la bebí y contento a la habitación. Desde el ventanal pude observar un tormentón. Trescientas fotos después en ninguna salía un rayo…







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